Esperando zarpar al Mar del Japón

"Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas,

os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a pasar."

(Aldous Huxley)

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Rhododendron mucronulatum ciliatum. Símbolo de Vladivostok, Rusia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   Así pasamos aquéllas tres noches, en pleno contacto con la naturaleza, pescando, comiendo, riendo y disfrutando entre buenos Amigos.

   Todavía quedan cuatro días para zarpar, otra vez hacia el Mar del Japón, pero hacia Donghae, en Korea, para salir de aquí. Vladivostok es una ciudad muy dinámica en su lejanía, jovial y divertida y la pena es que hay que irse.

   La última noche antes de volver al continente y de apagar la luz de la linterna dentro de la tienda, sentí un picor encima de la nuca y luego a una araña negra con patas peludas dando vueltas y que no había sido invitada, logré expulsarla sin grandes dificultades. No le dí ninguna importancia. Recogida y limpia toda la playa y el chiringuito, cuando ya regresamos a Vlad después de unos días de diversión inolvidables, noté un resquemor en la picadura.

   Ya duchados y aseados, de vuelta en el club, Misha y los Black Bears de Irkutsk me invitan a dar una vuelta con las motos, pero yo no estoy ahora para más movimiento, que tengo que recuperarme del viaje y estas tres noches en la isla, que han sido muy intensas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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